miércoles, 9 de mayo de 2012

Ella que todo lo tuvo







Preciosa novela que recomiendo ampliamente. Habla de los dolores, la soledad, la vida, la muerte. Es una historia muy bien trazado, melancólica y muy poética

.A continuación un análisis del libro recogido de internet:


Análisis
Preciosa y maravillosa novela. Con un cuidado estilístico y narrativo inmejorable
Como vemos, nos encontramos ante un personaje –desconocemos si autobiográfico- que ha perdido su camino vital y se halla desnortado en un mundo hostil. Por ello, busca encontrar el verdadero sentido de su vida y lucha por hallar la felicidad. Se trata, en suma, de un conmovedor relato cargado de sensualidad y bastante bien escrito, aunque, a nuestro juicio, demasiado extenso con relación a su argumento.   
Ella que todo lo tuvo es una historia sobre la pérdida y la soledad, sobre el encuentro y el desencuentro. Sobre la muerte y el pecado de no apreciar la vida, de no vivirla en toda su intensidad.


"Tenemos miedo de que aquello que soñamos pueda convertirse en realidad, porque si sucediera, si por una equivocación el destino nos trajera la alegría, estamos convencidos de que seguramente no sabríamos afrontarla."


Es también un juego de espejos magnífico por el que el lector se cuestiona qué hay de real en la historia de Ella y qué de imaginario. Una pregunta que se va respondiendo poco a poco hasta que la verdad o lo que se cree que es la verdad sale a la luz. Y a través de este juego de realidad-ficción dentro de la propia trama de la historia, la autora parece interrogarse también sobre la propia esencia de la literatura, el auténtico antídoto contra la muerte.
  
"¿Y si ambos fueran el resultado de una historia ficticia? ¿Y si en realidad no existieran? ¿Y si fueran dos personajes esbozados de una novela sin escribirse, una mentira que continuaba vagando entre los sueños y paranoias de algún escritor cansado?"


Ella es una víctima de sí misma, de un pasado que no quiere recordar y de otro que no puede olvidar, una mujer que no quiere morir, pero que no sabe cómo vivir, una mujer que arrastra una verdad tan dolorosa que no tiene más remedio que ocultarla tras otras realidades inventadas. 


Ángela Becerra muestra en esta novela una vez más su importante formación poética, tanto en el contenido como en el propio estilo de la obra. Es un texto que destila una profunda sensualidad cargada de deseos no cumplidos, una sensualidad de otra época, de caricias sin piel, de olores y recuerdos. La autora recrea un mundo casi onírico, misterioso, que tiene como marco perfecto la ciudad de Florencia con su carga de historia y de amores antiguos.


"Agua tibia, tibia, tibia, penumbra, nadar en otro... dolor dulce; hiel que se convierte en miel. Muerte y resurrección, resurrección y muerte. Orgasmo de bocas y, entre sus piernas, ese temblor de vida. Sueño sin nombre. Principio y fin."


Los personajes que acompañan a Ella durante la novela son como corifeos, seres que se mueven a su alrededor como espectros, que ofrecen al lector las claves que a la propia protagonista se le escapan: Fabricio, el conserje, su contacto con la realidad; el vagabundo sin nombre que le recita pasajes de Dante, los hombres poderosos que visitan a la Donna di Lacrima con sus miserias y sus miedos; Sabatini, su profesor, que será la clave para conocer la verdad oculta.


Poesía, soledad, dolor, una bella historia de amor y de pérdida. Una poética y lúcida reflexión sobre la identidad y el miedo a la vida.


¿Qué tal si nos quitamos las máscaras de una vez por todas? Y no me refiero a estas que llevamos; hablo de las que portamos en el fondo de nuestra alma, las que no se ven pero están, las que nos han paralizado durante tantos años."





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